El diseño de moldes de silicona se centra en la creación de moldes duraderos y flexibles, utilizados principalmente para fundir caucho, poliuretano u otros elastómeros en aplicaciones que van desde dispositivos médicos hasta productos de consumo. Este proceso aprovecha la alta estabilidad térmica, resistencia química y propiedades de baja contracción de la silicona, esenciales para producir piezas precisas y de alta calidad. Las consideraciones clave en el diseño incluyen la selección del grado adecuado de silicona (por ejemplo, curado por platino o por estaño) según factores como el tiempo de curado, la flexibilidad y la compatibilidad con los materiales de fundición. La geometría del molde debe tener en cuenta rebajes y formas complejas, incorporando a menudo ángulos de desmoldeo y ventilaciones para facilitar la salida del aire y prevenir defectos como burbujas. El uso de impresión 3D o mecanizado CNC para patrones maestros permite la prototipación rápida y la precisión en las cavidades del molde. En contextos de moldeo por inyección, los moldes de silicona requieren estructuras de soporte robustas y sistemas de alimentación, como compuertas diafragma, para garantizar un flujo uniforme del material y minimizar la turbulencia. Los sistemas de enfriamiento son menos críticos que en el moldeo de termoplásticos, pero aún importantes para controlar las tasas de curado y los tiempos de ciclo. Los diseñadores también deben abordar las técnicas de desmoldado, utilizando agentes desmoldantes o moldes divididos para evitar daños, y considerar factores ambientales como la humedad, que afectan el rendimiento de la silicona. En general, el diseño de moldes de silicona exige un equilibrio entre ciencia de materiales, ingeniería mecánica y optimización de procesos para lograr repetibilidad y rentabilidad en diversos sectores industriales.