Una línea de extrusión es un sistema de producción coordinado diseñado para la fabricación continua de productos plásticos con una sección transversal constante. Integra una secuencia de maquinaria especializada que realiza una serie de operaciones de manera estrictamente controlada. El proceso comienza con la preparación y alimentación de la resina polimérica, lo que a menudo implica el uso de secadores para eliminar la humedad que podría causar defectos. El material luego entra en la extrusora, donde se funde, mezcla y presuriza. El material fundido homogeneizado es forzado a través de una matriz de precisión que define la geometría del producto. La fase siguiente es crítica: el extruido caliente y blando pasa a través de un dispositivo de calibración que utiliza vacío, presión y enfriamiento para fijar su forma y dimensiones finales. A continuación, atraviesa un tanque de enfriamiento para lograr la solidificación completa. Un tractor de arrastre proporciona la fuerza tractiva necesaria, y su velocidad debe estar perfectamente sincronizada con la salida de la extrusora para evitar estiramiento o compresión del producto. La línea finaliza con una unidad de corte o bobinado, como una sierra móvil o una máquina enrolladora, que embala el producto. La sofisticación de una línea de extrusión moderna radica en su automatización y control de procesos, con sensores y computadoras que monitorean variables clave como temperatura, presión y dimensiones, garantizando una producción consistente y de alta calidad con un mínimo de desperdicio.