El poliamida como material plástico es una familia versátil y robusta de polímeros sintéticos valorada por sus excepcionales propiedades mecánicas, térmicas y químicas. Como termoplásticos de ingeniería, cubren el hueco entre los plásticos estándar y los polímeros especiales de alto costo. Sus características principales incluyen alta resistencia a la tracción y al impacto, excelente resistencia a la abrasión y un bajo coeficiente de fricción, lo que los hace ideales para componentes resistentes al desgaste como engranajes y rodamientos. Mantienen buenas propiedades mecánicas en un amplio rango de temperaturas, con temperaturas de uso continuo frecuentemente hasta 80-120 °C, e incluso superiores en grados reforzados con fibra de vidrio. Una característica definitoria es su naturaleza higroscópica; absorben humedad del ambiente, lo cual afecta significativamente sus propiedades. Aunque el agua absorbida aumenta la tenacidad y la resistencia al impacto, simultáneamente reduce la rigidez y provoca hinchazón dimensional. Esto exige un acondicionamiento preciso de las muestras de prueba para comparaciones exactas entre hojas de datos y un diseño cuidadoso que tenga en cuenta los cambios dimensionales en ambientes húmedos. Las poliamidas también presentan buena resistencia a aceites, combustibles y muchos productos químicos, aunque pueden ser atacadas por ácidos fuertes y agentes oxidantes. Son procesables mediante todas las técnicas principales de transformación en estado fundido, siendo el moldeo por inyección y la extrusión los métodos más comunes. La familia incluye varios tipos (PA6, PA66, PA11, PA12, PPA), cada uno con un equilibrio único de propiedades respecto a la absorción de humedad, rendimiento térmico y resistencia química. Esta combinación de resistencia, durabilidad y estabilidad térmica convierte a los materiales plásticos de poliamida en la solución preferida para aplicaciones exigentes en los sectores automotriz, eléctrico, de bienes de consumo y de la industria.