El material de poliamida, como una clase de termoplásticos de ingeniería de alto rendimiento, se define por su resistente estructura básica de enlaces amida, que le confiere un conjunto único de propiedades que lo hacen adecuado para aplicaciones exigentes. El fuerte enlace de hidrógeno intermolecular entre estas cadenas resulta en una alta resistencia a la tracción, excelente tenacidad y buena resistencia al impacto y la abrasión. Este material es semicristalino, lo que contribuye a su buena resistencia química, particularmente frente a hidrocarburos, aceites y disolventes, pero también lo hace susceptible al ataque de ácidos fuertes y agentes oxidantes. Una característica definitoria de muchas poliamidas alifáticas estándar (como PA6 y PA66) es su naturaleza higroscópica; absorben agua del ambiente, lo cual afecta significativamente sus propiedades mecánicas y dimensionales. Si bien esta humedad absorbida actúa como plastificante mejorando la tenacidad y la resistencia al impacto, simultáneamente reduce la rigidez, la resistencia y la estabilidad dimensional. Esto requiere un acondicionamiento cuidadoso para las pruebas de rendimiento y un diseño de ingeniería preciso para acomodar posibles cambios dimensionales durante el uso. Los materiales de poliamida presentan un punto de fusión relativamente alto (por ejemplo, ~220 °C para PA6, ~260 °C para PA66), lo que les permite funcionar en entornos con temperaturas elevadas. Pueden procesarse mediante diversos métodos, incluyendo moldeo por inyección, extrusión y moldeo por soplado. La familia es diversa, desde nylones estándar hasta compuestos reforzados con vidrio o minerales para mejorar la rigidez y la temperatura de deflexión térmica, y tipos avanzados semiaromáticos (PPA) para un rendimiento térmico y químico superior. Esta versatilidad convierte al material de poliamida en un pilar fundamental en industrias como la automotriz, eléctrica y electrónica, bienes de consumo y maquinaria industrial.