Lubricar los rieles lineales es un procedimiento crítico de mantenimiento, esencial para garantizar la precisión, durabilidad y fiabilidad de estos componentes en maquinaria industrial de alto rendimiento, incluyendo equipos auxiliares de extrusión como tractores y cortadoras. Los rieles lineales y sus bloques de rodamientos asociados están sometidos a movimientos continuos o de alta frecuencia con carga significativa. La lubricación adecuada cumple tres funciones principales: minimiza la fricción y el desgaste entre los elementos rodantes y las pistas de rodadura, proporciona protección contra la corrosión y ayuda a disipar el calor generado durante el funcionamiento. La selección del lubricante correcto, ya sea grasa u aceite, depende de factores como la carga aplicada, la velocidad de operación, el entorno térmico y la presencia de contaminantes como polvo plástico. En la mayoría de entornos industriales, es estándar utilizar una grasa de alta calidad a base de litio o urea con aditivos EP (presión extrema). El régimen de lubricación puede ser manual, semiautomático mediante sistemas centralizados con válvulas dosificadoras, o completamente automático. Se recomiendan encarecidamente los sistemas de lubricación automática en entornos de producción continua, ya que suministran cantidades precisas de lubricante limpio a intervalos predeterminados, eliminando errores humanos y asegurando un rendimiento óptimo. La lubricación insuficiente provoca mayor fricción, desgaste acelerado, fallos prematuros y pérdida de precisión posicional, lo cual puede traducirse directamente en defectos en el producto extruido. Por el contrario, la sobrelubricación puede atraer partículas abrasivas y causar mayor resistencia. Por tanto, establecer un programa de lubricación riguroso y recomendado por el fabricante es un aspecto fundamental del mantenimiento preventivo que protege la disponibilidad de la máquina y salvaguarda la inversión sustancial en sistemas de control de movimiento de precisión.