El término 'mejor aislamiento térmico' depende del contexto, ya que el material óptimo se determina por una combinación de la conductividad térmica más baja posible, los requisitos específicos de la aplicación y las métricas generales de rendimiento, incluyendo durabilidad, seguridad y rentabilidad. En términos absolutos, los mejores materiales aislantes son los paneles de aislamiento al vacío (VIP) con valores k de aproximadamente 0,004-0,008 W/m·K y los aerogeles con unos 0,015-0,025 W/m·K. Estos materiales logran un rendimiento superior al minimizar los tres modos de transferencia de calor: conducción (a través de un gas enrarecido o un sólido altamente poroso), convección (al suprimir el movimiento del gas en nanoporos) y radiación (mediante opacificantes). Sin embargo, su condición de 'mejor' suele verse limitada por consideraciones prácticas; los VIP tienen una vida útil limitada, pueden perforarse y son difíciles de personalizar in situ, mientras que los aerogeles son relativamente frágiles y costosos. Para la mayoría de las construcciones comerciales y residenciales, el 'mejor' aislamiento podría ser un equilibrio entre un alto valor R por pulgada, como en la espuma de poliuretano proyectada de celda cerrada (ccSPF), y la fiabilidad a largo plazo. En entornos industriales de alta temperatura, las placas microporosas o el silicato de calcio podrían ser la mejor opción. Para aplicaciones que requieren integridad estructural junto con aislamiento, como en tiras de rotura térmica para perfiles de aluminio, un poliamida relleno de vidrio (PA66 GF30) con un valor k de ~0,3 W/m·K se considera uno de los mejores porque equilibra óptimamente baja conductividad térmica con alta resistencia mecánica y facilidad de fabricación. Por lo tanto, el 'mejor' aislamiento no es un único producto, sino aquel que cumple de manera más eficaz con los criterios específicos de rendimiento térmico, propiedades mecánicas, clasificación contra incendios, resistencia a la humedad, viabilidad de instalación, costo del ciclo de vida e impacto ambiental para un proyecto determinado, destacando así la importancia de un proceso de especificación holístico y basado en el rendimiento.