El término "rotura térmica" describe un principio constructivo y el estado resultante de un componente de edificio, especialmente una ventana metálica, puerta o elemento estructural, en el que el puente térmico inherente ha sido intencionadamente interrumpido por un material de baja conductividad térmica. En un perfil de aluminio con rotura térmica, por ejemplo, la trayectoria continua del flujo de calor entre el interior y el exterior se interrumpe mediante un elemento aislante térmico de polímero de alta resistencia unido permanentemente. Esto no es simplemente una capa adicional de aislamiento, sino una parte integral del diseño y la estructura del perfil. El objetivo principal de un sistema con rotura térmica es mejorar significativamente el rendimiento térmico, lo cual se mide mediante un valor U más bajo para el centro del vidrio, el marco y la unidad completa. Esto conlleva reducciones sustanciales en el consumo de energía para calefacción y refrigeración, disminuye el riesgo de condensación en las superficies interiores del marco —previniendo así el crecimiento de moho y la degradación de los materiales— y mejora la comodidad de los ocupantes al mantener las temperaturas de las superficies interiores más cercanas a la temperatura del aire ambiente. Esta tecnología es esencial en todos los climas, desde regiones frías donde minimiza la pérdida de calor hasta climas cálidos donde reduce la ganancia indeseada de calor. La ingeniería detrás de un conjunto con rotura térmica es compleja; el material del puente térmico, normalmente un poliamida reforzado con fibra de vidrio, debe poseer suficiente resistencia mecánica para transferir cargas de viento, fuerzas operativas y tensiones estructurales entre las mitades metálicas interior y exterior, manteniendo al mismo tiempo sus propiedades aislantes durante toda la vida útil del producto. Obtener una certificación de rotura térmica, como la norma EN 14024, requiere pruebas y validaciones rigurosas. Esta filosofía de diseño es ahora un requisito fundamental en los códigos de construcción eficientes en energía en todo el mundo y un prerrequisito para las certificaciones de edificios verdes, representando una evolución crítica en la tecnología del envolvente del edificio que concilia las propiedades estructurales deseables de los metales con la necesidad de conservación de la energía.