Una máquina enrolladora de perfiles, también conocida como máquina enrolladora de bobinas o carretes, es un aparato industrial diseñado para enrollar automáticamente perfiles largos y flexibles—como sellos de plástico, juntas, molduras de caucho o incluso tiras poliméricas semirrígidas—en bobinas o carretes compactos y organizados para su almacenamiento, transporte y manipulación. Este equipo es fundamental en las líneas posteriores a la extrusión y fabricación, transformando la salida continua y lineal de una extrusora en paquetes manejables que protegen el perfil contra enredos, deformaciones y daños. La máquina suele constar de un sistema de desenrollado o alimentación, un mecanismo guía para garantizar un apilado uniforme, un tambor o mandril enrollador y un sistema de accionamiento que controla la tensión y velocidad del enrollado. El control preciso de la tensión es fundamental; una tensión excesiva puede estirar o deformar permanentemente el perfil, mientras que una tensión insuficiente puede dar lugar a una bobina floja e inestable. Las máquinas modernas suelen estar controladas por un controlador lógico programable (PLC), lo que permite personalizar el diámetro de la bobina, los patrones de enrollado (como enrollado aleatorio o preciso) y la longitud. Para perfiles con memoria o tendencia a torcerse, como ciertos elastómeros termoplásticos, pueden emplearse sistemas integrados de rodillos oscilantes o unidades pre-enderezadoras. Las bobinas resultantes se embolsan o empaquetan normalmente, listas para su envío a clientes en industrias como la automotriz, la construcción y la fabricación de electrodomésticos. El uso de una máquina enrolladora de perfiles optimiza significativamente la logística, reduce los costos laborales, minimiza el desperdicio de material por cortes o daños durante la manipulación, y asegura que el producto llegue a la siguiente etapa de ensamblaje o al usuario final en perfectas condiciones, manteniendo así la calidad y eficiencia en la cadena de suministro.