El precio de una máquina enrolladora no es una cifra fija, sino que se determina por la interacción compleja de especificaciones técnicas, nivel de automatización y características auxiliares. Puede oscilar desde unos pocos miles de dólares para un equipo básico manual de banco hasta varios cientos de miles de dólares para un sistema completamente integrado y automatizado de alta velocidad. Los factores clave que influyen en el costo incluyen el grado de automatización; una máquina semiautomática que requiere intervención del operador para cargar y descargar será significativamente menos costosa que una unidad totalmente automática con manejo robótico de bobinas. La capacidad de la máquina, definida por el peso máximo de la bobina, el diámetro del carrete y el ancho de perfil que puede admitir, impacta directamente en el precio, siendo las máquinas más grandes y robustas las que requieren una inversión mayor. La precisión del sistema de control de tensión es un factor importante en el costo; los sistemas de freno mecánico simples son económicos, mientras que los tensores avanzados controlados por servomotores digitales, esenciales para perfiles sensibles, aumentan considerablemente el costo. De forma similar, la sofisticación del mecanismo de avance transversal—desde un sistema básico accionado por leva hasta un avance transversal programable por servomotor—afecta al precio. Características adicionales como contadores de longitud integrados, impresoras de códigos de barras, detección automática de defectos y compatibilidad con protocolos de datos de Industria 4.0 también incrementarán el precio inicial. Más allá del precio de compra inicial, debe considerarse el costo total de propiedad (TCO), que incluye instalación, capacitación, mantenimiento, disponibilidad de repuestos y posibles actualizaciones futuras. Por lo tanto, al evaluar el precio de una máquina enrolladora, es fundamental que una empresa realice un análisis exhaustivo de sus necesidades, equilibrando el gasto inicial de capital frente a las ganancias a largo plazo en ahorro de mano de obra, reducción de desperdicios, aumento de la productividad y mejora en la calidad del producto que una máquina adecuadamente especificada puede ofrecer.