El plástico de poliamida, ampliamente conocido por el nombre comercial Nylon, es un termoplástico técnico versátil caracterizado por una combinación única de resistencia, durabilidad y estabilidad térmica. Su estructura molecular, que presenta enlaces amida repetitivos, crea fuertes puentes de hidrógeno entre las cadenas, lo que resulta en una alta resistencia mecánica y un punto de fusión relativamente elevado en comparación con muchos otros plásticos. Esta estructura le confiere una tenacidad excepcional y la capacidad de soportar impactos y cargas repetidos. Es famoso por su gran resistencia al desgaste y por tener un bajo coeficiente de fricción, lo que lo hace adecuado para piezas móviles como bujes y engranajes. Un aspecto fundamental de su comportamiento es su relación con el agua; al ser un material higroscópico, absorbe fácilmente humedad del aire. Esta humedad absorbida actúa como un plastificante, mejorando notablemente la tenacidad y la resistencia al impacto del material, aunque disminuye su rigidez y estabilidad dimensional. Por tanto, una pieza en estado "seco según moldeado" será rígida y resistente, pero frágil, mientras que una pieza "acondicionada" será más tenaz pero menos rígida. Esta sensibilidad a la humedad exige un secado exhaustivo antes del procesamiento para evitar defectos y pérdida de propiedades. El plástico de poliamida se puede procesar fácilmente mediante moldeo por inyección y extrusión en una amplia variedad de componentes, desde conectores eléctricos y sujetadores complejos hasta fibras duraderas para textiles y cuerdas. La combinación de sus propiedades le ha otorgado un lugar fundamental en numerosas industrias, como la automotriz, electrónica, electrodomésticos y maquinaria industrial.